La reputación médica ya no depende sólo del currículum ni del boca a boca, sino de la marca que una clínica o un profesional sanitario se construye, o destruye, en Internet. Los pacientes están cada vez más empoderados, es decir, informados y formados en su patología, están conectados a los profesionales sanitarios y otros pacientes a través de las redes sociales y acuden a la consulta del médico con mejores críticas. Por eso quieren que el facultativo les oriente, les recomiende aplicaciones, dispositivos y webs con las que ampliar información, y sobre todo, tomar decisiones sobre su propia salud. Los profesionales sanitarios que se adaptan a esta tendencia reciben mejores valoraciones por parte de los usuarios y obtienen, en definitiva, una mayor reputación médica. A través de una adecuada gestión de la marca de una clínica o un médico se puede obtener no sólo mejor posicionamiento en buscadores sino que las valoraciones sean positivas. Eso requiere posicionamiento con marketing de contenidos, vídeos, posts e imágenes utilizando criterios periodísticos; interacción con los pacientes; y comunicación en medios. Para ello una agencia de comunicación especializada en salud puede ser de gran ayuda.

El pasado 16 de septiembre tuve ocasión de hablar de todo ello en la jornada Reputación Sanitaria Digital organizada por la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) y la Unidad de Innovación del Hospital Ramón y Cajal. Aquí está mi presentación:

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