Un estudio publicado en la revista Patient Education and Counseling del mes de julio ha puesto de relieve que los vídeos sobre salud que elaboran los pacientes son una poderosa arma de comunicación que puede modificar la percepción de la evidencia médica, lo que se potencia con el poder de las redes sociales para difundirlos. Los investigadores de la Universidad de Durham (EE.UU) analizaron los 100 vídeos más vistos en YouTube sobre un tratamiento para la esclerosis múltiple. Concluyeron que «las tecnologías de medios sociales proporcionan a los pacientes de nuevas oportunidades para abogar por tratamientos determinados, generando nuevas formas de evidencia basada en un híbrido de experiencia personal y conocimiento médico».
En realidad, no es que se modifique la evidencia sino la forma en que se percibe, lo que puede, a su vez, condicionar el tratamiento médico, ya que los pacientes cada vez participan más en las decisiones clínicas que afectan a su salud, lo que se llama el «empoderamiento».
Los autores del estudio señalan que «los profesionales de la salud necesitan implicarse con las nuevas formas de contenido digital, incluidos los medios sociales». Además, advierten que «en lugar de no considerar las fuentes que no consideran basadas en la evidencia, los profesionales deberían focalizar su comprensión de lo que la evidencia experimental puede significar para los pacientes, sobre todo en áreas controvertidas de la salud».
Las páginas web de salud en España cada vez tienen más en cuenta el vídeo, que dicho sea de paso, proporciona un posicionamiento destacado en Google (sobre todo tras la integración con YouTube). Muchas clínicas, laboratorios, sociedades científicas y asociaciones de pacientes son conscientes de ello y utilizan tanto el vídeo corto para sus webs como el vídeocomunicado para televisión.
Sin embargo, no todos los vídeos consiguen alcanzar a los pacientes ni involucrarse en sus necesidades. Ya un estudio español publicado en Revista eSalud el pasado año en el que participó el ingeniero de la Universidad de Tromso (Noruega) Luis Fernández Luque y otros expertos, señalaba que «se está haciendo uso del vídeo online en el contexto sanitario, resaltando la generación de la figura denominada plataforma de vídeos. Sin embargo, no hemos detectado que las iniciativas vayan acompañadas de utilidades para favorecer la colaboración y la participación entre los usuarios».
Es evidente que los pacientes son cada vez más empoderados y que no sólo consultan y comparten experiencias, sino que también producen información (de consumidores pasan a ser prosumidores en salud). Los profesionales y las organizaciones relacionadas con la salud tienen como opción mirar para otro lado y perder la oportunidad de llegar a sus pacientes actuales y potenciales, o adaptarse, educando, informando y participando en la conversación, como aquellos que participan en la salud 2.0 e incluso elaboran vídeos educativos para sus pacientes. En este sentido destacan iniciativas como videosysalud, que reúne a profesionales de la salud que emplean el vídeo, como l@s enfermer@s Rosa Pérez, Olga Navarro, Esther Gorjón, Inés López, Inés Bajo y Chema Cepeda; los médicos Salvador Casado y Fran Sánchez Laguna; y otros especialistas en comunicación, gestión y RR.HH, como Miguel Ángel Mañez, Iñaki González y Emma Pérez Romera.