Diversos personajes del ámbito político, sanitario, o del entretenimiento, se encuentran expuestos a las amenazas realizadas en Twitter y, debido a ellas, deciden abandonar la conocida red social, según un artículo publicado en el diario El País, que informa sobre este creciente fenómeno.
Las amenazas surgen como reacciones a errores que cometen los personajes públicos, como le sucedió al diputado Toni Cantó. Las agresiones verbales suelen venir acompañadas de campañas de desacreditación, lo que ocasionaría un deterioro en la imagen del perjudicado. Esto se magnifica más cuando los agredidos son empresas de sectores especializados como la salud.
Muchos son los profesionales y centros médicos que se enfrentan a actitudes hostiles en el entorno 2.0, que provienen de pacientes insatisfechos que vuelcan sus opiniones negativas en foros online. Todo esto puede causar un grave daño en la reputación de los afectados, que en ocasiones desconocen que están siendo víctimas de una campaña de desprestigio en la red.
La regulación vigente permite tomar medidas contra la propagación de amenazas y agravios en las redes sociales, pero su actuación es limitada debido a la propia naturaleza del medio online. El endurecimiento de la normativa que regula las plataformas 2.0 supondría un mayor intervencionismo gubernamental y menos libertad.
Lo más recomendable seria que los personajes que utilizan las redes sociales sepan que se exponen a las opiniones, positivas y negativas, de sus seguidores. Y para hacer frente a comentarios y opiniones adversas deberían contar con un plan de crisis y una gestión eficaz de la comunicación.