La eficacia de la telemedicina es un debate abierto con defensores y detractores acérrimos y más en nuestro país, donde desgraciadamente todavía no está muy arraigada. Hace unos días los defensores de la telemedicina encontraron argumentos sólidos para defender su necesidad en los resultados de un ensayo clínico impulsado por el Departamento de Salud inglés: el Whole System Demonstrator Trial (WSD). Este ensayo ha sido presentado como el mayor realizado sobre la monitorización y seguimiento a distancia de pacientes empleando nuevas tecnologías.
Los autores del estudio sostienen en sus primeras conclusiones que la implantación de técnicas de telemonitorización puede ayudar a reducir las tasas de mortalidad hasta en un 45 por ciento en enfermos crónicos. Asimismo, también favorecen una reducción del 20 por ciento en las admisiones de emergencia; una reducción del 14 por ciento en las admisiones electivas y en días en cama; y, por último, una reducción del 8 por ciento en los costes procedentes de tarifas. “Las tecnologías de monitorización para el hogar pueden ayudar al NHS a que sus recursos vayan más allá sin sacrificar la calidad de la atención”, han añadido los investigadores.
El artículo explicando estos resultados tan prometedores ha sido publicado en el British Medical Journal y, en nuestro país, el blog Salud con cosas ya lo ha comentado.