El Observatorio Resater (Red de Salud y Telemedicina en Zonas Rurales) ha publicado un artículo en el que señala que se precisa pasar a un nuevo modelo asistencial de calidad más sostenible, y las nuevas tecnologías, concretamente las nuevas aplicaciones eHealth, se configuran como un elemento indispensable en dicha transición. La telemedicina puede contribuir a mejorar la vida de los ciudadanos, tanto si son pacientes como profesionales de la salud y cuidadores. Asimismo, ayuda a solventar los desafíos a que se enfrentan los sistemas de salud.
En este momento económico y social, donde el modelo sanitario y asistencial se está redefininiendo, las nuevas tecnologías toman impulso para dar respuestas contundentes a las necesidades de profesionales médicos y pacientes. Y no podía ser menos en cuestiones de atención a los mayores.
La telemedicina, eHealth o eSalud no es otra cosa que la aplicación de la medicina a distancia gracias a las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. A primera vista, puede sonar extraño porque la expresión “a distancia” crea un clima impersonal, que nada o poco nos gusta relacionar con el trato médico, pero, en la práctica, está resultado ser un complemento sanitario ideal que sitúa al paciente en el eje de todo procedimiento, consiguiendo una atención eficaz, segura y que inspira confianza en las personas que están siendo atendidas. Asimismo posibilita un sistema más sostenible.
En más de una década de continuada implantación, los expertos sanitarios han ido modificando su mentalidad y forma de trabajo con el fin de adaptarse a una nueva fórmula de trato con el paciente, que tiene un horizonte más amplio. Y han sido testigos directos de las oportunidades que esta herramienta complementaria les ofrece:
• Comunicación directa del paciente vía videoconferencia en tiempo real. De este modo, el individuo tiene vía libre para consultar dudas acerca de su enfermedad, medicación, estado de salud… incluso puede ser diagnosticado.
• Control de parámetros fisiológicos y biométricos tan importantes como la tensión, el nivel de saturación en oxígeno o el ritmo cardiaco.
• Asistencia y cuidado de pacientes crónicos o personas mayores dependientes. La tendencia demográfica marca un claro envejecimiento de la población, lo que supone que cada vez habrá más personas que precisen atención médica o asistencial. Por tanto, la incorporación de la telemedicina, concretamente la teleasistencia, garantizar una atención de calidad.
• Rehabilitación remota. Mediante dispositivos tecnológicos el paciente realiza la actividad repetitiva y progresiva que el fisioterapeuta le aconseje. Por su parte, al especialista le permite llevar un control del progreso alcanzado.
• Registro y almacenamiento de datos (peso, medidas de nivel da azúcar, tensión…). Esta recopilación puede realizarse automáticamente, a través de los dispositivos que incorporan algunos sistemas de telemedicina, o con la colaboración del paciente (los introduce en una Web).
Tomando como base estas funcionalidades, se establecen varias modalidades de telemedicina: teleconsulta, telesasitencia, telediagnóstico, telemonitorización, teleformación, telerehabilitación… Este amplio abanico de posibilidades da oportunidad de acción a la mayoría de las especialidades médicas, que no están dudando en implicarse.
Sistema de monitorización
Implantar un buen programa de monitorización de enfermos crónicos es altamente beneficioso para la salud y el bienestar de los mayores. Además, supone una reducción de costes.
La telemedicina contribuye a mejorar la calidad asistencial también en zonas urbanas, ya que no se necesita que haya siempre un especialista disponible de manera presencial. La tecnología lo hace posible a un coste bajo y de hecho supone un ahorro. Entonces, ¿por qué no se implementa?
See on www.observatorioresater.eu

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