Buceando en Internet ha llamado mi atención un artículo elaborado por el experto en marketing de contenidos Derrak Richard cuyos principales puntos quiero compartir. Richard destaca la importancia de cuidar la información y hacerla accesible para poder desarrollar una buena infografía. Afirmación con la que coincido plenamente, y más aún cuando se trata de infografías de salud dirigidas a pacientes, con las que en muchos casos se pretende proporcionar una información científica  por un medio de comprensión más sencillo.  El experto norteamericano señala cuatro consejos a seguir para crear mejores infografías:

  1. Identificar objetivos y audiencia. Fundamental para cualquier comunicación.
  2. Descubrir y desmenuzar información y hechos. Aquí apunto, por mi parte, que una buena infografía tiene algo de meta-análisis científico o revisión de estudios. Investigando de diversas fuentes filtramos la información más interesante y novedosa para los objetivos de la infografía.
  3. Desarrollar una historia. La infografía ha de contar una historia, compuesta por información contrastable mediante datos empíricos. Las mejores infografías son las construidas en torno a un punto de vista definido, donde la historia conduce a una conclusión lógica. Y una historia contada visualmente.
  4. Invierte el tiempo que sea necesario tanto para el diseño como para la información. Si el diseñador no dispone del tiempo necesario para desarrollar la infografía, los resultados nunca serán buenos. Y lo mismo rige para la búsqueda de la información de la que se nutrirá.

Para ilustrar la efectividad de estos consejos, Richard toma como ejemplo la infografía «Cómo los milennials usan los Social Media«, realizada teniendo en cuenta todos los consejos mencionados anteriormente. Para más información, recomiendo un artículo que escribimos en este mismo blog sobre este asunto.

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