Uno de los factores más importantes de calidad asistencial que aprecian los pacientes es que el profesional de la salud le mire a los ojos, como bien refleja la iniciativa Mírame, Diferénciate. Y para eso lo idóneo es que esté a su misma altura. En los pacientes encamados no es tan fácil. El doctor John Henning Schumann, profesor de la Universidad de Oklahoma (EE.UU), ha publicado un artículo en la web npr.org en el que explica cómo una de sus experiencias más impactantes como residente en un hospital fue cuando una paciente le preguntó porqué estaba de pie y no se sentaba en la cama, una petición para la que no estaba preparado. Se trata de una práctica que muchos pacientes aprecian pero que no es muy frecuente. Al menos entre residentes, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins: sólo lo hacían durante el 9% de su tiempo.

Los autores de la investigación aseguraban que sentarse en la cama del paciente es una de las 5 prácticas basadas en la educación que contribuyen a mejorar la satisfacción del mismo sobre la calidad asistencial. Las otras son presentarse a sí mismo, explicar el papel de uno en el cuidado del paciente, establecer un contacto físico y preguntar cuestiones abiertas, del tipo «¿Qué tal se siente hoy?».

La empatía es imprescindible en el trato con los pacientes. Eso sí, sin ser demasiado personal, como algunos médicos de ficción.

 

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