Dedicamos un post anterior a qué decir y qué callar ante una cámara de televisión, uno de los principales puntos tratados en los cursos de portavoces. Y una de las situaciones que más preocupa  e intimida a muchos de los profesionales sanitarios  a quienes hemos formado en estos cursos es cómo comunicar adecuadamente cuando son entrevistados en el plató de televisión. En el plató de TV el entrevistador está en su terreno. Tiene toda la credibilidad que le ofrece la utilización de elementos como el autocue o telepronter, en el que lee sus presentaciones y textos, y que no se muestra al telespectador. Muchos televidentes no saben que el entrevistador está leyendo, creen que lo sabe todo y parece demostrar mucha más soltura que el entrevistado, quien se encuentra en un espacio inhabitual. ¿Un mal trago? Si son utilizadas adecuadamente las técnicas de comunicación audiovisual en realidad es una oportunidad para difundir nuestro mensaje y transmitir lo bien que se están haciendo las cosas en nuestro hospital, sociedad científica, asociación, etc.

En el vídeo, un ejemplo de programa diario realizado en plató y en directo que invita a profesionales sanitarios para ser entrevistados: La Mañana de la 1 de TVE.

Consejos para comunicar en el plató 

– Si hay una cámara, puede estar grabando. Esto es tan elemental que se suele olvidar y, por ello,  abundan programas de “tomas falsas». Por tanto, siempre que haya una cámara presente, aunque sea en el suelo y abandonada por el operador, contendremos gestos y lenguaje.

–  Naturalidad. Si lo que tenemos que comunicar es una buena noticia, no molesta la sonrisa (nunca la risa que muestre en exceso la dentadura). Si es una crisis o una tragedia, no hay que mostrar desolación, pero sí adoptar la adecuada serenidad y seriedad. Lo natural es que se adecuen y concuerden el gesto, el lenguaje y el tono de voz empleado. Ante la duda es mejor mostrar contención que excesiva euforia o desolación.

– Manos quietas. Se pueden buscar apoyos (bolígrafo, carpeta, etc.) pero no juguetear con ellos, porque producen distracción.

– Nunca agitar monedas en el bolsillo, jugar con el reloj, golpear la mesa con los dedos o con el bolígrafo, tocarse el pelo o la cara, aferrar el respaldo de la silla o rascarse cualquier parte del cuerpo.

– En cuanto al vestuario y maquillaje hay que tener en cuenta que los escotes que dejan los hombros al aire dan idea de desnudez, las excesivas joyas transmiten frivolidad, los tejidos con estampados pequeños, cuadritos o rayas, así como los brillantes, producen efectos indeseados que distorsionan la imagen y distraen al telespectador, el color blanco recoge en exceso la luz, provocando deslumbramiento, ensanche de la imagen y problemas de iluminación, y el rostro lavado y sin maquillar produce brillos

– Al telespectador le gusta que el invitado busque su complicidad, que puede lograrse dominando el lenguaje gestual.

– Utilizar siempre frases cortas, no más de 10 ó 12 palabras, construidas de forma sencilla y gramaticalmente correctas: sujeto, verbo y predicado.

– Palabras sencillas y de uso común en el idioma coloquial, pero no vulgares. Es preferible evitar expresiones de argot o muy técnicas y, si se hace, requerirán explicación.

– Mejor emplear frases en voz activa.

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