La reputación es como el honor en el Siglo de Oro, se puede vivir de ella o arruinarse si se destruye. Y en la era digital es difícil obtenerla y muy sencillo perderla. En el ámbito de la salud 2.0 basta explorar alguna de estas vías (o todas ellas) para conseguir el suicidio digital.

 

 

  • Critica a todo el mundo. Inspirados por el éxito de personajes como el creado por Risto Mejide con sus gafas de sol, la tentación de criticar a gerentes, políticos e incluso competidores es muy frecuente, sobre todo ante situaciones como recortes o reajustes. Y ese tuit o post, aunque lo borres, quedará para siempre en la memoria de la Red.

  • Peléate con los pacientes. Cuando un paciente critica un profesional o una empresa en Internet no faltan quienes se enzarzan en peleas o amenazas de abogados ¡en público! La empatía y el diálogo son la llave de muchas puertas.

  • Mezcla lo personal con lo profesional. Ante noticias de gran trascendencia son muchos los profesionales sanitarios que se pronuncian en las redes sociales. Algunas son de tipo sociosanitario y están en el limbo del ámbito de opinión que se espera de un profesional de la salud (ley del aborto, atención a inmigrantes, privatizaciones, etc.) pero otras escapan totalmente de él, como las de tipo político. Sin duda es una buena medida para atraer posibles clientes que simpaticen con esas ideas pero nefasta para conseguir el respeto de colegas y el interés de aquellos pacientes que discrepen de las mismas.

  • Cuenta lo que has comido hoy. La humanización es importante en las redes sociales, pero tiene que aportar valor. Tus comidas, paseos (ya nos hemos enterado que has recorrido 2 kilómetros hoy, como ayer) y películas vistas pueden ser de interés para tus amigos pero no para tus posibles pacientes o profesionales de tu ámbito de interés.

  • Haz una oferta de 2×1. Aunque parezca increíble, hay muchas clínicas y farmacias que realizan ofertas comerciales a través de Twitter, una red que deben considerar como el folleto del buzón. Quizá no saben que esa oferta acaba en el mismo sitio que el folleto.

  • Da gracias sin parar. Una cosa es ser educado y otra que todo tu Timeline esté lleno de agradecimientos. Al agradecido le gustará verse mencionado una vez pero dejará de seguirnos al ver que ésa es toda nuestra actividad.

  • Sienta cátedra. Contar con aportaciones propias es redes sociales no es muy común, por lo que una opinión profesional puede ser de gran interés, pero siempre desde la humildad. La prepotencia no gusta, ni en la calle ni en la Red.

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