Las ventajas de las tecnologías que permiten una mejor comunicación entre profesionales de la salud y pacientes, desde las redes sociales al vídeo o las aplicaciones, están siendo divulgadas desde hace años pero su generalización está lejos de conseguirse. ¿Qué hace falta para que la masa crítica de profesionales de la salud se una al cambio? La pregunta se repetía en el congreso de Vídeos y Salud, en Barcelona, y de Jugar es Salud, en Oviedo. En ambos casos se hablaba de «frikis» que tiran del carro, que acuden a la mayoría de congresos o participan en ellos a distancia, una mayoría que percibe estos temas con indiferencia o escepticismo, y unos pocos «dinosaurios» que se oponen al cambio.
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Los «frikis» estamos encantados de desvirtualizarnos, de tomar una cerveza o un cachopo juntos y reírnos un rato tras intentar cambiar el mundo sanitario en enriquecedores debates, pero al final aparece la pregunta recurrente: ¿No somos siempre los mismos? En realidad no, en cada uno de estos eventos aparecen profesionales que, primero con curiosidad y después con entusiasmo en muchos casos, se unen al tsunami de la salud 2.0 y la eSalud. Sin embargo, no es suficiente. Echamos de menos a responsables de servicios médicos, a gestores sanitarios, a muchos profesionales de la enfermería, farmacia, psicología, fisioterapia, medicina, etc. que se escudan en la falta de conocimientos en tecnología o en ausencia de tiempo para no participar. ¿Qué puede hacer una iniciativa tecnológica para conseguir usuarios? Como la salud 2.0 es colaborativa, lanzo algunas ideas y os invito a incorporar las vuestras:
- Experiencias. Cuando un profesional sanitario explica a sus compañeros cómo ha mejorado su comunicación con pacientes y con otros profesionales gracias a la salud 2.0 y la eSalud siempre es más fácil sentirse identificado y preguntar. Hay que exponer los beneficios en congresos (el 18 de noviembre hay una nueva oportunidad en el I Congreso Nacional de Wearables y Big Data en Salud) y en cada centro sanitario.
- Argumentos económicos. Para quienes trabajan por cuenta propia (consultas, farmacias, etc.) o están a cargo de la gestión de un centro es necesario trasladar, en la medida de lo posible, las ventajas en cifras de nuevos clientes, facturación, etc.
- Comunicación. Lo que no se comunica no existe. En muchos congresos asistimos a iniciativas muy interesantes que están llevando a cabo hospitales o start-ups que apenas se conocen. Por buena que sea la idea, si nadie sabe que existe el riesgo de que acabe desapareciendo es alto.
- Plan de negocio. Muchos proyectos carecen de un plan de negocio con objetivos, fuente de ingresos y estrategia de comunicación y marketing.
- Aval. Existen más de 200.000 aplicaciones para la salud, la mayoría de ellas obsoletas, poco útiles o con información falsa. Lo mismo puede decirse de muchas páginas web. Disponer de avales científicos contribuye a la credibilidad y uso de cualquier proyecto.
- Unión. La participación en proyectos comunes facilita el acceso a fuentes de inversión y difusión.
Completamente de acuerdo contigo, Carlos.
Por más ilusión, pasión y trabajo que pongamos «el grupo de frikis» a veces parece que estemos pegándonos contra una pared.
Es necesaria la participación de más compañeros, de todas las ramas sanitarias, a los gestores y responsables, y, como también se ha repetido mucho tanto en Barcelona como en Oviedo, contar con el paciente!!
Contar experiencias es la manera más cercana de hacer ver como el 2.0 puede ayudar en el día a día de pacientes y profesionales.
Avales y evidencias, son también imprescindibles para que muchas prácticas de eSalud se lleguen a generalizar.